Drogas: Consumo responsable                         

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-Opio

El opio es un conjunto de sustancias obtenidas a partir de las semillas de la planta adormidera o amapola real. El opio tiene poderosas propiedades narcóticas y contiene alcaloides, como la morfina o la codeína.

Efectos

Los efectos del opio son muy fuertes, produciendo un estado de analgesia y sensaciones de felicidad, así como tranquilidad general, aunque también pueden generar vómitos, sudores, dolores de cabeza, entre otros. Además, causa síndrome de abstinencia en el cual se dan efectos como depresión, nauseas o diarrea.

Sus constituyentes y derivados se utilizan como analgésicos en circunstancias extremas, como en las etapas terminales del cáncer, aunque su producción también está destinada a la fabricación de drogas ilegales consideradas muy peligrosas por su alta capacidad de adicción.

Historia

El opio es conocido como una de las drogas más antiguas del mundo. La referencia más remota que tenemos hoy en día sobre el consumo de opio proviene de la antigua Mesopotamia, durante el 3400 AC aproximadamente. Los antiguos sumerios, se referían a las flores de la amapola de la que extraían el opio como “la planta de la alegría”. Su cultivo fue continuado por los antiguos griegos, persas y egipcios, siendo su uso muy notable durante el reinado de Tutankamón (1333-1324 AC). Ya Homero en la Odisea, se refería a los enormes poderes de curación de este narcótico.

Su consumo por las antiguas civilizaciones era usado para ayudar a las personas a dormir, aliviar el dolor, calmar a los niños e incluso como anestésico en operaciones. Sin embargo, es probable que también se usaran por causas recreativas, sin ser probablemente conscientes de sus efectos adictivos. El opio probablemente se introdujo en China y el este de Asia en el siglo VI o VII y su comercio ha sido y es tan extendido que la competitividad por su control ha causado conflictos como las Guerras del Opio durante el siglo XIX, que culminaron con la derrota de China. Para 1900, se estimaba que en EE. UU. existían 200.000 adictos al opio.